El mismo día que hemos ascendido el Bromo nos recoge la Van que nos trajo hasta aquí para llevarnos hacia el Volcán Ijen. La distancia que nos separa por Carretera es de 188 Km pero tardamos 6 horas en recorrerla. En un viaje así siempre hay anécdotas o curiosidades.En este caso nos llamó la atención el uso de coches tipo pickup para transportar personas y vacas. Como se ve en la foto las vacas asoman la cabeza por los lados y como aquí se adelanta a motos y peatones aunque vengan coches y camiones de frente,en más de un caso vi que había menos de 5 centímetros para que el vehículo que se cruza toque a la vaca. En fin, como decía mi abuela, pasa muy poco para lo que puede pasar …
Además en una gasolinera que paramos nos encontramos unos ‘manitas’ que se habían montado este vehículo de 5 ruedas y ametralladora de pega. No les arrancaba el motor, pero posan orgullosos de su creación.
Bueno,llegamos al alojamiento sobre las 6 de la tarde y el plan es estar levantados a las 00:30 para salir a la 1, casi una hora más de carretera al pie del volcán y luego otras dos horas andando para llegar al fondo del cráter. ¿Porqué tan temprano? Pues porque éste es uno de los pocos volcanes del mundo donde se puede ver la ‘lava azul’. Además desde el cráter se extraen cada día 4 o 5 toneladas de azufre que se sube desde el fondo hasta el borde del cráter. Este trabajo lo llevan a cabo unos porteadores que suelen cargar 90 Kg de este material en cada porteo. Cuando empezamos la bajada nos empezamos a cruzar con ellos.
El efecto de tanta carga en los hombros es evidente.
Aprovechando la parada para echar un cigarrito. Los gases que se respiran en el cráter no son suficiente maltrato para los pulmones.
En las fumarolas que salen del volcán colocan unos tubos de varios metros que funcionan como un alambique de destilación y precipitan al final el azufre en forma líquida. Este se solidifica rápidamente y es el material que acarrean hacia arriba.
Parte del azufre líquido lo vuelcan en moldes de tortugas o flores para venderlos a los visitantes. De hecho, nosotros compramos un par de tortugas.
El trabajo es muy penoso porque los gases, fundamentalmente dióxido de azufre, son tremendamente irritantes para los ojos, garganta y pulmones. El viento cambiante, tan pronto alejaba los gases como te los echaba encima. En una ocasión, durante un tiempo que seguro que fue breve pero a nosotros se nos hizo eterno, estuvimos dentro de una nube de gas sin poder abrir los ojos ni apenas respirar, y eso que teníamos máscaras, pero su protección es muy limitada, lo pudimos comprobar. Respirar ácido no es una buena idea.
Lo insólito del sitio es la aparición de la llamada ‘lava azul’ y que es el resultado de la combustión del azufre que sale a temperaturas de hasta 600ºC al contactar con el aire. A veces, además de la llama, se forma una sustancia viscosa y azulada que es la que da el nombre de ‘lava azul’. No pudimos tener acceso a las zonas donde se aprecia este fenómeno de verdad. Pero si hacer fotos de la luz de la combustión.
Si mirábamos hacia arriba,hacia el borde del cráter, aparecían múltiples luces, de los porteadores y de los visitantes del lugar. Las estrellas coronaban el lugar, la sensación era mágica, irreal.
Cuando empezaba a desaparecer la oscuridad profunda, el paisaje se volvía más impresionante todavía.
Al clarear definitivamente decidimos subir.
Por el camino nos cruzamos con estos porteadores que tienen una fuerza increíble.
Normalmente trabajan por la noche porque es más fresca. Por el día debe ser francamente insoportable. Suelen hacer dos subidas al día, salvando 200 m de desnivel, y eso les permite ganar 6 u 8 € diarios, lo cual está por encima del salario que ganarían en el campo y en otros oficios. Antes bajaban también por el lado externo del volcan. Ahora el camino es accesible para unos carros con frenos que permiten bajar las cargas mucho más fácilmente. Me sorprende que prefieran subir tanto peso. Yo subiría 4 viajes con cestas de 45 Kg antes que 2 con cestas de 90Kg.
Llegamos arriba durante el amanecer, aunque no se veía salir el sol porque estaba tapado por una cima del cráter. No obstante lo disfrutamos igualmente por los colores de las nubes y del cielo.
El lago del cráter, de un color turquesa intenso, es uno de los lagos más ácidos del mundo, tienen una gran concentración de ácido sulfúrico.
Nosotros seguimos con las fotos en el cráter, esta vez a lo Breaking Bad ...
… y otra con el grupo de amigos alemanes, americano y francés con el que hemos compartido estos dos días entre el Bromo y el Ijen.
Al principio del camino de vuelta encontramos los carros en los que bajan el azufre y también (como el que está en primer plano) a personas que se quieran ahorrar la bajada.
Al ver unas cestas con azufre, no pudimos evitar el deseo de tocarlas y …
… cargarlas. Vaya paliza andar cargado con este peso durante la subida desde el cráter.
La bajada al valle se hace a través del humo que emana el volcán. Encontramos una hermosa mariposa en el camino ¿Estaría teñida de azufre?.
Ya en carretera, la última mirada hacia el Ijen. Próximo destino: Sulawesi.