Al día siguiente fuimos al Parque Nacional de Chiloé. Es posible que le apasione a algún botánico, pero para nosotros no tenía grandes atractivos paisajísticos, o de vida local, por lo que salimos un poco decepcionados.
A continuación fuimos al Muelle de las Almas donde dice la tradición que el barquero Tempilkawe trasladará el alma del difunto en su bote blanco de espuma al horizonte y al cielo. Lo han convertido todo en negocio y hay que pagar por entrar, por aparcar y caminar casi una hora. Pero el lugar y el paseo son una maravilla. Al contrario de lo de esta mañana, el muelle de las almas nos ha encantado. Muy recomendable.
A la vuelta más iglesias, Chonci y Nercón.
Nueva visita a Castro, donde encontramos una escultura de la cabeza de dos serpiente. Es uno de los pocos lugares en los que la serpiente tiene una consideración positiva.
Acabamos el día celebrando el cumpleaños de Xavi. Cumple treintaytantos. No se que hacemos viajando con gente tan vieja
Al día siguiente nos preparamos para salir. Me dí cuenta que tenía a la ventana a mi propia Gala de Dalí secándose el pelo y la compañía de Judith, la mujer que susurraba a los caballos. ¿se puede pedir más?
Visitamos Ancud en el norte de la isla, donde no olvidamos comprar unos riquísimos sandwiches en un local llamado ‘ajo’ en la calle Pudeto 386. No se si son los mejores sandwichs de sudamérica como nos dijeron, pero estaban riquísimos.
Luego agarramos el Ferry para cruzar hacia Puerto Montt, allí fue donde dimos buena cuenta de los sandwichs.
La llegada a Puerto Montt representará que Judith y Xavi retornarán el coche en Puerto Natales, a unos 2.000 km de aquí y nosotros continuaremos solos de nuevo. Han sido 20 días en los que hemos compartido viaje, habitación, sensaciones, … Lo bueno de los viajes no sólo son los sitios que conoces, sino también la gente con la que los compartes. Judith, Xavi ha sido una maravilla. Hasta que volvamos a coincidir